JUSTICIA Y PAZ

Justicia y Paz es una organización de la Iglesia Católica, preferentemente laical, que tiene una estructura orgánica que parte de la Comisión Pontificia de Justicia y Paz del Vaticano, pasando por las Comisiones Nacionales que dependen de las respectivas Conferencias Episcopales Nacionales y se concreta en el ámbito local en las Comisiones Diocesanas erigidas por el Obispo titular de cada diócesis.
En la Diócesis de Cartagena, nuestro Obispo, Mons. José Manuel Lorca Planes, erigió la Comisión Diocesana de Justicia y Paz el pasado mes de septiembre de 2015, como foro de expertos de reflexión, estudio y divulgación del pensamiento social cristiano, en concreto de la doctrina social de la Iglesia.

lunes, 9 de mayo de 2016



Autor: Fernando Bermúdez López
Teólogo, miembro de la comisión diocesana de Justicia y Paz

Estamos sumergidos en una crisis ética global que se manifiesta en la falta de sensibilidad y de solidaridad ante el sufrimiento humano, en la corrupción de no pocos dirigentes políticos, en el hedonismo generado por la sociedad de consumo, en el egoísmo colectivo fruto del sistema, en la creciente desigualdad socioeconómica a nivel nacional y mundial, en la creciente xenofobia, en el fundamentalismo tanto religioso como político y en el uso de la violencia como medio de solución de conflictos.
España, Europa, el mundo están urgidos de una ética universal, que comprendería:
*Fidelidad a la propia conciencia.
*Búsqueda sincera de la verdad, del bien y de la convivencia fraterna.
*Desarrollo de la conciencia crítica para saber analizar y discernir la realidad.
*Promoción de la cultura de Paz y de la no-violencia.
*Tolerancia frente a todo género de dogmatismo.
*Coherencia entre lo que se piensa y dice con lo que se hace.
*Apertura al diálogo y a la escucha.
*Actitud de perdón y búsqueda de reconciliación. Rechazo a todo tipo de venganza.
*Firme oposición a las intervenciones militares y a la guerra.
*Oposición y resistencia a toda carrera armamentista.
*Opción por el diálogo y la negociación como medio de resolución de conflictos.
*Respeto sagrado a la vida: personas, animales, árboles y plantas.
*Cuidado del medio ambiente, “nuestra casa común”, en palabras del papa Francisco.
*Solidaridad, que no es sólo compartir, sino también y sobre todo, justicia social.
*Opción por los más empobrecidos, marginados y excluidos.
*Promoción y defensa de los derechos humanos, en base a la Declaración Universal.
*Vivencia y aplicación en la vida de la regla de oro de los Derechos Humanos: No hagas a los demás lo que tú no quieres que hagan contigo y haz a los demás lo que tú quieres que hagan contigo.
*Respeto a la libertad,  igualdad y  dignidad inviolable de toda persona, sin discriminación     alguna.
*Acogida solidaria de personas migrantes que huyen del hambre y de las guerras.
*Reconocimiento de que ningún ser humano es ilegal  en este mundo.
*Priorización del bien común sobre los intereses privados. 
*Orden económico justo y sustitución del actual desarrollo económico neoliberal por un desarrollo humano integral.
*Denuncia profética de todo aquello que atenta contra la dignidad humana y contra el medio ambiente.
*Estilo de vida sencillo, sobrio y austero frente al consumismo salvaje y materialista al que nos induce el sistema capitalista neoliberal.
*Transparencia y honestidad en las finanzas.
*Diálogo interreligioso y macroecuménico y búsqueda de lo que nos une. Siempre unidad en la diversidad.
*Apertura al pluralismo y respeto a la diversidad cultural, religiosa y política.
*Conciencia de que somos ciudadanos del mundo antes que de éste o aquel país.
*Identificación con los valores humanos universales de responsabilidad, honestidad, respeto, servicio, generosidad…
*Dialéctica entre cambio personal y cambio estructural.
*Compromiso activo en la realidad local con la mirada siempre puesta en lo global.
*Compromiso por revertir la globalización neoliberal por la globalización de la solidaridad.
*Coherencia política en cuanto a la opción por partidos transparentes y alternativos al capitalismo neoliberal, porque éste es la muerte de los pobres de la tierra y del ecosistema (Papa Francisco).
*Valentía para asumir la memoria histórica, para que nunca más se repitan los errores del pasado.
*Respeto de los principios clásicos de la bioética: beneficencia, no a la maleficencia, justicia distributiva y autonomía.
La ética universal despeja el camino para ir dando pasos hacia la construcción de otro mundo posible de justicia y paz, en orden a hacer de nuestra tierra un lugar de encuentro fraternal, de amor y misericordia.

La ética universal debe ser el centro de toda la actividad social y política y de toda confesión religiosa. Si una religión o un partido político no asume en su programa los valores éticos universales, perdería su razón de ser. Es ahí donde todo ciudadano debería situarse frente a la realidad social, económica, política, cultural o religiosa, y en concreto en España, frente a las próximas elecciones.

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